viernes, 8 de agosto de 2008

Sitios de poder

Los llamados sitios de poder, son aquellos lugares donde habitualmente pasábamos el tiempo. Son lugares que no se muy bien si eran elegidos por nosotros o eran ellos los que nos elegían. De eso se trata. Solo sabíamos que estabamos agusto y que pasamos mucho tiempo en ellos. Cada uno tenía su hora y momento. Por la mañana, a partir de las 11, en los días que hacía buen tiempo, el sitio elegido era el atrio de la iglesia. Por las tardes, cuando ya daba la sombra, el sitio era la piedra de las monjas. Y por las noches los bancos de la plaza. El comodín de todas las horas era el Parque Municipal, sitio tranquilo donde los hubiera.
Luego estaban los locales de reunión obligada, la bodeguilla del abuelo o los futbolines del carbonero y si lo que queriamos era bailar y bacilar con las chicas, entonces nos ibamos al Royal o Centro´s, cuando teníamos dinero para la entrada claro. Y por supuesto el templo por antonomasia, El Nagual.

El atrio de la Iglesia


Al lado de la puerta de la iglesia, a la derecha, había un banco de piedra apoyado en la pared y otro más hacia la derecha, que hacía ángulo recto con el primero, también apoyado contra la pared. Allí pasábamos alguna mañanita que otra, solo con la presencia, algunos días, de Don Sabino, que paseaba meditando por los jardines del atrio. Sabía que no éramos de ir a misa y esas cosas, pero creo sinceramente que le gustaba nuestra presencia en ese lugar.






La piedra de las monjas



Siento que las fotografías no sean buenas, pero no tengo ninguna de la época y las que he podido conseguir son actuales. Aquí se ve más la fachada que la piedra donde tantas tardes/noches hemos pasado, cantando, charlando, etc. Los que saben de que hablo saben el lugar, y para los profanos, decir que es la piedra que sale de la esquina del fondo con forma de banco. Tenía la altura justa para sentarse y cogíamos muchos.




Los bancos de la plaza


Entonces no había tantos como ahora, y no eran de metal sino con tablones de madera. Era en las noches de verano cuando los ocupábamos hasta altas horas de la madrugada. Solo la presencia del sereno de vez en cuando y nosotros. La plaza era nuestra a esas horas y solo las campanas de la iglesia acompañaban nuestras conversaciones y risas.


El Parque Municipal

También llamado "el depósito". Ahora ya no existe, pero al lado de este impresionante depósito de agua, habia una edificación de una planta en la que en su frontal, una serie de piedras cuadradas de gran tamaño hacían de banco. Alli pasábamos, cuando el tiempo lo permitía claro, muchas tardes y noches.





Se cantaba a triana, y las rumbas de chichos y chunguitos no faltaban casi nunca. Allí nacieron los primeros besos a las chicas, las primeras cervezas y cigarritos a escondidas. Nos marcamos para siempre con los tatuajes que hoy todavía llevamos algunos. Y cuantas cosas más.

Los futbolines









Pub "Nagual"

En un ambiente de libertad y juventud que, algunas veces se regaba de alcohol y otras de humo, nació "El Nagual". Sitio de encuentro y de reunión a primeras horas de la tarde, fortaleza de hermandad en los inviernos fríos al calor de la chimenea y, casa de copas de todos los que empezábamos a volar por aquellos años. Un sitio de poder, como diría Juan Matus.Allí se hablaba de vida. Se leía a Castaneda, se comentaba el Principito y Juan Salvador Gaviota, se escuchaba a AC/DC, Fleetwood Mac, Eric Clapton, Deep Purple, Led Zeppelin, La Orquesta Mondragón, Miguel Ríos, Los Chichos, Los Chunguitos, Manzanita y por supuesto a Triana. Hijos del Agobio, El Lago o el Sr. Troncoso eran nuestros himnos. Se tocaba música. Se reía. Se reía. Se reía mucho.

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