jueves, 28 de enero de 2010

En recuerdo de J.D. Salinger

Si alguna vez me preguntaran sobre los libros que nunca olvidaré, entre ellos seguro que estaría "El Guardian entre el Centeno". Aun le conservo en un lugar preferencial de mí pequeña biblioteca y por supuesto está en este blog desde su inicio. Para los que todavía no lo hayan leido, les diré que es una novela única e irrepetible que representa el modelo de historia sobre un joven rebelde a camino entre la infancia y el mundo adulto. El choque entre el idealismo (exageradamente utópico) de Holden (protagonista en primera persona) y la aparente plenitud del resto es grandiosa. Holden ama la infancia porque está libre de hipocresía y el protocolo que supone el saber estar en los sitios como un adulto y/o persona madura. Esto le provoca graves crisis de nostalgia y desilusión contemplativa. Su deseo de hacer lo que a él le dé la gana se debe también al sufrimiento que le supone ver que sus padres están siempre trabajando y apenas tienen tiempo para él. Los diálogos son impresionantes, dotados de un realismo atemporal y un acercamiento apabullante a la personalidad adolescente, difícil y perdida.



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